Cómo conseguir que las mujeres tengamos orgasmos.
Quizá por educación, religión o inseguridades a nosotras nos cuesta mucho llegar al clímax (alrededor del 20% jamás lo ha alcanzado).
El orgasmo femenino es ese gran desconocido. Si comparásemos la llegada al clímax con los fuegos de una cocina, diríamos que ellos son algo así como una olla express, mientras que las mujeres necesitan una cocción a fuego lento para poder llegar a ese momento esperado.
El problema real es que, quizá por la educación recibida, el desconocimiento, las inhibiciones o, simplemente, porque nos obsesionamos con el tema en lugar de buscar un disfrute constante (en nuestra educación sexual, parece que la penetración y el orgasmo son los que marcan realmente si unas relaciones son buenas o no), a muchas mujeres les cuesta llegar al clímax, lo que se traduce en problemas de autoestima, vergüenza o tristeza.
Comprende que puede tomar 15, 30 o 45 minutos alcanzar el clímax. No te concentres en ver el reloj.
Por ello, muchas parejas deciden acudir a terapeutas sexuales para tratar este problema de raíz y resolverlo. La doctora Lisa Thomas explica en ‘Psychology Today’: “Actualmente, alrededor del 15-20% de las mujeres nunca han alcanzado el orgasmo. Por ello, yo llevo a cabo un programa de cuatro pasos que pueda ayudarlas a tener una vida sexual feliz y plena”.
1. Compréndete.
Este paso ayuda a las mujeres a comprenderse mejor y conectar con su sexualidad.
- Aprende sobre los sentimientos y actitudes con respecto al sexo.
- Conecta con tu religión y tu infancia, si son las que tienen algo que ver con el problema.
- Comunícate, habla con tu pareja acerca de lo normal y saludable para tener una relación sexual plena.
- Usa anticonceptivos si no estás buscando un embarazo, usa condón para evitar las ITS y pon el sexo por placer frente al sexo por concepción. Cuando no tienes la preocupación de quedar embarazada, disfrutas más.
- Usa un espejo para mirar y conocer tus genitales.
2. Aprende a explorarte para alcanzar el orgasmo femenino.
Conocerse a una misma es necesario para saber qué es lo que más te gusta y poder guiar a tu pareja.
- Utiliza 30 o 60 minutos de tu tiempo para hacerlo. Un buen lugar donde comenzar es la ducha o la bañera.
- Toca todo tu cuerpo, concéntrate en cómo se siente el tacto y las áreas en las que te estás concentrando.
- Después de terminar, exhala algunas respiraciones y piensa en cómo tocarte a ti misma te hizo sentir y qué puede haber surgido como resultado de hacer este ejercicio.
3. Explórate por placer.
Muchas mujeres, al contrario que los hombres, todavía tienen ciertas reticencias a buscar el placer propio, deshinibirse es fundamental. Casi todas las mujeres experimentan su primer orgasmo ellas solas y no gracias a su pareja. Esto se debe a que las mujeres generalmente pueden estar más relajadas cuando su pareja no está presente, y pueden tener todo el tiempo que necesitan para tocarse hasta que se sienta bien sin centrarse en complacer al otro.
- Tienes que practicar el tocar y masturbarte, pues eso también ayudará a aumentar el flujo sanguíneo a tus genitales y facilitará alcanzar el orgasmo.
- Este es un buen momento para mencionar que la masturbación no disminuirá el deseo de ser sexual con tu pareja.
- Repite: “Soy una mujer adulta, merezco placer”.
- Repite: “Soy una mujer adulta, merezco placer”.
4. Céntrate.
- Comienza a tocarte con el propósito de ver si puedes lograr el orgasmo femenino.
- Comprende que puede tomar 15, 30 o 45 minutos alcanzar el clímax. No te concentres en ver el reloj.
- Escúchate.
- Introduce vibradores o ayudas de estimulación sexual si eso es útil.
- Piensa en incluir el uso de la fantasía, la relajación y las películas o literatura erótica, a medida que comienzas a sentir placer.
Este paso es el final. Por ahora has trabajado en tus pensamientos y actitudes sobre el orgasmo, lo aceptaste como una parte maravillosa del proceso del placer sexual, y comenzaste a aprender a tocarte para con suerte, alcanzar el orgasmo. Si crees que necesitas ayuda, consulta con un terapeuta sexual para aprender a incorporar el orgasmo en la relación.
Con información de “El Confidencial”